Libro de Abraham (Búsqueda de bendiciones y conocimiento)

En la Perla de Gran Precio, en el Libro de Abraham, encontramos la referencia sobre el carácter e interés de Abraham con respecto a la búsqueda de bendiciones y conocimiento. Leemos lo siguiente:

"y hallando que había mayor felicidad, paz y reposo para mí, busqué las bendiciones de los padres, y el derecho al cual yo debía ser ordenado, a fin de administrarla; habiendo sido yo mismo seguidor de la rectitud, deseando también ser el poseedor de gran conocimiento, y ser un seguidor más fiel de la rectitud, y lograr un conocimiento mayor, y ser padre de muchas naciones, un príncipe de paz, y anhelando recibir instrucciones y guardar los mandamientos de Dios, llegue a ser un heredero legítimo, un Sumo Sacerdote, poseedor del derecho que pertenecía a los patriarcas." (Abr. 1:2)

Al detenernos y pensar en las palabras de Abraham con respecto a los "padres" o a los "patriarcas", es necesario conocer o investigar a qué "padres" o "patriarcas" se refiere. Como leemos en las Escrituras la línea justa de Adán conservaba las bendiciones del sacerdocio y del conocimiento, mismas que fueron transmitidas de generación en generación, sin embargo, al llegar al punto del tiempo de Abraham, encontramos la situación de que el padre de Abraham se apartó de la rectitud hacia la adoración de ídolos paganos, como leemos en el versículo 5 del mismo Libro. Entonces entendemos que Abraham tuvo la necesidad de buscar esas bendiciones y conocimiento a través de otra fuente.

Para ubicarnos mejor en el tiempo y saber qué "padres" o "patriarcas" vivían contemporáneos a Abraham, es necesario elaborar un gráfico donde registremos los nacimientos de esa línea justa de Adán. Cuando hayamos terminado de registrar cuándo nació cada uno de esos patriarcas, encontraremos gran e importante información sobre eventos que diversos personajes en las escrituras vivieron contemporaneamente. Es importante recordar que en la gráfica contaremos el tiempo en referencia con Adán, es decir, después de Adán (d. A). Nos daremos cuenta que cuando Abraham vivía, Noé aún vivía, lo mismo que Sem etc. etc. De esta manera es congruente entender el relato registrado en el Libro de Jaser, donde encontramos lo siguiente:

"Y cuando Abram salió de la cueva, él fue a Noaj y su hijo Shem, y él permaneció con ellos para aprender la instrucción de Yahwéh y de Sus sendas, y ningún hombre supo dónde Abram estaba, y Abram sirvió a Noaj y su hijo Shem por largo tiempo" (Jaser 9:5)

Entonces podemos apreciar que el carácter y disposición de Abraham registrado en el Libro de Abraham es el mismo encontrado en el Libro de Jaser, la disposición de "aprender la instrucción de Yahwéh y de Sus sendas", la disposición de recibir "un conocimiento mayor" e "instrucciones, y guardar los mandamientos de Dios".

Además de estas referencias de Escritura encontramos el relato cuando Abraham vivió aquélla maravillosa experiencia tras el encuentro que tuvo con Melquisedec. Leemos las siguientes citas del Libro de Melquisedec:

"...Este era un preparativo especial para la fiesta de Sukot que decidimos conmemorar en Salem.

Llenos de alegría, iniciamos una marcha ascendente rumbo a la ciudad de Salem...

Mi curiosidad en conocer aquella ciudad y a su joven rey era inmensa, pues de boca de muchos ya había oído acerca de su grandeza y fama.

Al levantarme, le pregunté el significado de aquellas cicatrices. Con una sonrisa, él prometió que iría a contarme toda la historia de aquel próspero reino y de cuánto le costó obtener su paz." (H. Vaso 5:8, 9 ,12 ; 6:5)

Abraham se inició en el camino de la sabiduría y de la rectitud, y esto lo llevó hasta este singular y trascendental encuentro con Melquisedec, rey de Salem. Y siendo Melquisedec "escogido para ser el portador de las más amplias revelaciones sobre el reino de la luz" (H. Salem 13:7), y siendo Salem (Shalom significa paz) un reino de paz, no había otro lugar que Abraham anhelara estar a no ser que sea un lugar donde él pudiera encontrar el conocimiento, la rectitud, la "felicidad, paz y reposo" que leemos en el Libro de Abraham.